sábado, agosto 31, 2013

Reseña: El extranjero



Título original: L’Étranger, 1942.

Autor: Albert Camus.

Crítica: En un principio, creí que leer 'El extranjero' sería ligero y fácil. Y fue ligero y fácil, bonita característica de las obras disfrutables. Y no digo 'fácil' queriendo decir 'poco complejo', sino diciendo 'placenteramente sencillo'.

Camus y su forma de desmembrar las frases hasta sólo dejar lo esencial de las mismas constituye uno de los varios escritores capaces de ser concretos, veraces y, sin embargo, descriptivos. Y no descriptivos precisamente porque describan, sino porque transmiten su finalidad. Qué mejor libro que este para apreciar ese sagaz modo de hacer que todo suene como debería, con quince palabras menos. Tal vez esté siendo simplista al considerar esta fasceta de Albert Camus como una de las más destacables respecto a su modo de narrar, pero 'El extranjero' logra transmitir el contexto y el sentimiento, y eso tal vez se deba a esta característica de su autor.

El conjunto de reflexiones implícitas de un libro que logra ahondar en su función casi didáctica de señalar una corriente del pensamiento resulta de algún modo en la generación de una conciencia ulterior que quizá permite entrever el cumplimiento de la intención mayor de la obra. Es una novela escrita por un intelectual, y como tal no sólo está cargada de esos signos identificables de la corriente filosófica a la que perteneció éste, sino que además busca optimizarla dentro de la cotidianidad. Sirve de referencia y de ejemplo.

Es quizá el libro existencialista por excelencia. Por los diálogos internos de Meursault, por la complejidad de los sencillos argumentos que plantea, por esa manía casi irremediable de preguntarse a sí mismo, a menudo sin preguntarse realmente.

Personalmente, considero el inicio y el final de la obra lo mejor de la misma. Y es que, una vez se pone en marcha esa relación causa-efecto, situaciones que pueden parecer absurdas se desarrollan a lo largo de la obra y complementan ese sentido de unidad respecto a las ideas que engloba, o que pretende englobar, dentro de sí. Es en este sentido en que me siento impedida en descomponer esta obra en sus partes más esenciales, siendo que ésta es en sí misma la esencia de lo que engloba. Camus no dice más ni dice menos, dice lo justo. Y eso, lejos de restarle complejidad al libro, le añade claridad. No es menos amplio por cuanto menos descriptivo.

Me gusta tomarlo del siguiente modo, y creo que en efecto fue así como lo quiso el francés: Meursault era un hombre como todos los comunes y corrientes que conocemos. Esa simple característica explica porqué tiene sentido hacer una obra así. Las preguntas que se hace son importantes. Es el fondo y no la forma lo que impera realmente.

Ciertos escritos pueden ser considerados más académicos que literarios. La seriedad es a menudo mayor que el sentido artístico. Albert Camus fue un gran intelectual, pero también un gran escritor, y por eso logra un equilibrio en ambas partes. El extranjero se halla en un punto justo entre la obra literaria y el escrito académico. Un ejemplo del primero puede ser 'La peste', y del segundo 'El mito de sísifo'. Y, para mí, 'El extranjero' se diferencia claramente de estos dos, del primero en el fondo y del segundo en la forma.

Opinión: ¿Qué puede decir alguien que odia el calor sobre un libro de atmósfera sofocante? Por cuestión de gustos, me molestaba al principio la trama del libro, asunto que fue superado casi al instante, si bien puedo no estar cómoda con un libro según su ambientación, ese no fue el caso. Pese a cierta no-simpatía intrínseca entre la obra y yo, me parece un libro maravilloso, creo que una de las primeras obras importantes de la literatura que leí. Se merece un puesto de honor en mi estantería imaginaria de libros que amaré aunque los lea mil veces porque, aunque pueda parecer que Camus palidece ante otros grandes escritores-filósofos, y a pesar de que mi poco agrado con este autor sea manifiesto; es, creo, el libro del que más he disfrutado.

Calificación: 9.5. Es una obra que no querrías morir sin haberla leído.

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