Titulo original: Pulp.
Autor: Charles Bukowski.
Sinopsis: Estamos a medio camino entre el viejo y yerto Hollywood de antaño y las sonoras huellas de un nuevo vivir que imponen sus reglas en todo Los Ángeles. Nick Belane representa todo aquello que ha sido reemplazado de la otrora vida musical y culturosa de la fulgurante ciudad. Un detective que ha pasado su vida sin penas y sin glorias, y que, ya cincuentón, debe lidiar con una maraña de casos irresolubles.
Narrados desde su voluble perspectiva de la vida, estos misterios le llevarán a probar su aptitud detectivesca más allá de cualquier explicación lógica.
Crítica: Me veo en la obligación de confesar que no podría, ni por asomo, tratándose de un libro como éste, ofrecer una crítica justa e imparcial: El libro me parece bueno por todos sus bordes, su fondo y cualquiera de las aristas que quiera verle. Sin embargo, trataré (y el esfuerzo que tendré que hacer es casi injusto, tal es el buen concepto que tengo de esta obra).
Empiezo por decir que estoy en total conocimiento de que muchos no consideran el libro en cuestión como la obra máxima de su autor, y podría afirmar que no está entre las tres primeras. Pero, desde mi perspectiva, encapsula muy bien lo que Bukowski es. Simplificando muchísimo, un día oí a algún avispado lector de éste escritor diciendo que su modo de escribir podía resumirse en tres cosas: Guarradas, el argumento tras las guarradas y la profunda carga poética. No puedo, ni mucho menos, estar de acuerdo con este tipo de simplificaciones, pero el asunto me pareció cómico.
Así, del episodio anterior, y de otros de su naturaleza, percibo que hay cierta cantidad de personas que tasan sus obras en virtud de cuál de ellas fue más o menos representativa de la narrativa propia de Bukowski, y ésto me parece cuando menos injusto, pues el hombre ha tenido "joyitas" que, por no corresponder aquello que normalmente es apreciado de él, han pasado un tanto desapercibidas. Respecto a ésto, yo no creo que Pulp sea una "joyita" ni que haya pasado desapercibida. Al ser la última obra de un hombre en camino a desaparecer llevado por sus excesos, Pulp fue asumida de un modo que, en mi opinión, fue incorrecto. Fue tomada como una obra escrita con los últimos residuos de la no tan copiosa tinta de su autor, que era magnífica porque la prosa de este hombre aquí se muestra en su punto máximo, pero cuyo argumento no alcanzaba a cerrar con acierto una vida tan llena de elementos oscuros. Y es que Bukowski en ella deja de lado gran parte del contenido autobiográfico de sus obras. Pero no voy a hablar de Pulp defendiendo aquellos puntos que no le fueron debidamente apreciados. Voy a hablar de Pulp anteponiendo aquello que me hace considerarlo un libro magníficamente pensado y narrado.
Sólo Bukowski podría haber narrado un argumento tan apabullantemente fuera de sentido sin producir un esperpento intragable. La magia, el atractivo, lo que me hace amarlo, son las múltiples referencias culturales que pude notar, y la forma en que lo escribió. Y sé que yo a menudo digo eso de los libros que me gustan, y eso ocurre porque, sin duda, una historia debe estar bien narrada para considerarla buena. Ahora bien, ¿Por qué está bien narrado? Porque Nick Belane es un tipo particularmente interesante, que puede hacer que te importe qué opina acerca de la situación de la selección de críquet de, digamos, Zanzíbar.
El libro está enteramente narrado por Belane, un hombre a quien, a primera vista, no respetaría ni su virginal madre. Gordo, viejo, arruinado, no suena como alguien a quien le encargarías investigar nada. Pero, por alguna razón, está siendo solicitado como detective. Sólo le queda resolver los casos. Un francés que se burla de la muerte, una cachondísima y cuestionable dama, un hombre en apariencia loco que pide ser librado de una interesante mujer, y el gorrión rojo. Siempre el gorrión rojo (Un guiño algo ambigüo: ¿El halcón maltés? ¿Black Sparrow?)
Quien quiera ver en Pulp un libro detectivesco estará profundamente decepcionado (Y, además, confundido por cuanto a creer que encontraría un libro así entre las obras de este autor). El libro es de ese tipo de libros que solemos llamar 'raros'. Raro porque a pesar de no ser autobiográfico, no como otras de sus obras al menos, las preocupaciones del protagonista son las de un viejo y medio acabado Bukowski, y eso sirve como modo de ahondar la trama del libro, "buscando las señales de un posible reconocimiento con el autor". Raro porque pretende ser metafórico, crítico y paródico a un tiempo sin definir claramente su intención. Y lo metafórico resalta especialmente en las páginas finales, en la señora muerte, en lo que representa la angustia de Belane por el hecho de sentirse inútil y sin sentido.
El libro es ese descubrirse viejo y medio arruinado, porque la vida te ha pasado por encima y no has hecho nada con ella. Porque todo lo que has emprendido ha terminado mal, porque todo lo que eres se está yendo paulatinamente. Eres el viejo Hollywood, Nick Belane.
La obra se me antoja magnífica también en el carácter de sus personajes. La intención de los mismos es determinada en el momento en que salen de la vida del protagonista. Sabes porqué fueron como fueron, y porqué eso fue malditamente bueno o jodidamente malo para Nick. Como lector, estás sumergido en ese diálogo incesante del detective, consigo mismo o con los demás, tratando de averiguar de qué se trata todo. Y con "todo" me refiero a todo. El libro no es muy filosófico pero tiene sus momentos.
En otros libros acerca de detectives que he leído (sean de novela policíaca o no), el detective es "el tipo". El tipo existencialista, el tipo reservado, el tipo imbécil e insensible. El tipo, al fin y al cabo. Belane es una figura de aquella situación que se busca dimensionar. Y eso es otro elemento que refuerza el sentido de parodia hacia la novela detectivesca, y la intención de Bukowski de no hacerlo "serio". Lo podrido que está todo, lo mucho que importa o no importa el cambio, una ciudad surgiendo sobre otra aún en pie. Él simboliza muchas cosas que durante mucho tiempo no importaron pero ahora sí. Como un cuadro relegado durante años al fondo de la galería que ha sido robado. Puede conservarse, pero tarde o temprano perecerá como perecen las cosas que ya no le importan a nadie.
Bukowski retrató la vejez de una manera única. Nada más que argumentar.
Opinión: Teniendo en cuenta que mi crítica tiene más de opinión que de crítica, me queda poco que decir. Lo primero que pienso es "en los colegios deberían poner a leer a Bukowski", y con sólo leer la primera página de Pulp te das cuenta de porqué nunca sucederá. No en mi país de procuradores y miembros del senado que más parecen monjas arenosas que funcionarios públicos. Pero sería genial, claro está. Bukowski es, a partir de este libro, parte de mi élite literaria pseudo intocable. Cuando le encuentre algún libro rematadamente malo consideraré lo contrario. De más está decir que Pulp me encantó hasta decir basta y no tengo calificativos para expresar lo bien narrado que está. Me pongo en pie y ovaciono a su autor, sin exageraciones.
Calificación: 9.6. Y eso es decir mucho de mi parcialidad. Leerlo es un compromiso con el realismo sucio, con la buena escritura, y con la literatura en general.
Exagero, el libro es notable, pero en realidad creo que si no has leído nada de Bukowski este no es un libro para empezar.