lunes, noviembre 25, 2013

"Los Juegos del Hambre: En Llamas"



En Llamas, la vilipendiada, la esperada, la ignorada, la contundente. El escenario en que transcurre está en un estado de afectación tal que apenas es tangible la carga emocional que deben llevar sus protagonistas, pero se logra, a pesar de lentitud apreciable en ese aspecto. Si, es un pelín confusa.

Confiaba en Francis Lawrence, y lo que hizo está más allá de lo que yo esperaba de esta cinta. ¿Palomitera? De las mejores de este año. Busca entretener, busca prendarte a la historia que transcurre ante tus ojos para que no te quede más remedio que verla, consigue aquello que fue a buscar: ser un aceptable taquillazo (no mariconadas como The mortal instruments) pero además se lleva el premio: ser inintencionadamente más de lo que pretende.

No esperaba que captase tan bien la emoción, el llanto, la desesperación, no esperaba que fuese clara respecto a lo que impulsaba a cada uno a cultivar tal deseo de rebelión. Porque si "Los Juegos del Hambre" era una babosada llena de seres mundanos que se conforman con no ver morir a los que quieren, "Los Juegos del Hambre: En Llamas" cultiva el inconformismo y la insatisfacción de una forma certera. Aquí hay de dónde comprender al personaje, de dónde profudizar brevemente, lo cual me lleva a otro punto destacable: Las actuaciones. Woody Harrelson, Jennifer Lawrence y Stanley Tucci, en ese orden, lograron las mejores interpretaciones en la cinta. Jenn sorprende con su, aún en proceso, camino a la madurez actoral; Woody es Woody, y no podría interpretar mal un papel que le queda tan bien (recordemos la pasada premier de "Free Birds", ta-chan); Stan logra mi simpatía por tan creíble carisma, además, ¿quién no sonrió al verle tan hipócritamente entusiasta aún ante el borde del abismo?

En "En llamas" Panem resulta más oscuro y verosímil que en su predecesora, enmarcando escenas de acción bastante mejor logradas (tomando en cuenta el corte más suave de la segunda entrega de la trilogía en comparación a la primera), una historia en general más interesante, que (y en esto aplaudo a Francis Lawrence) no adolece de pesadez, mantiene un buen ritmo a lo largo de sus dos horas y media, y es entendible (en su medida, ya dije que es algo confusa) para el no conocedor de los libros.

Aquellos que llevamos más de dos años esperando a por esta adaptación agradecemos lo bien hecha que está, y que no sea un somnífero fulminante de casi tres horas de duración. La banda sonora pudo estar mejor.

Calificación: Un 8 cerrado. Por tanto tiempo de espera, tanto amor a la historia, y la satisfacción de no ser Crepúsculo, Hermosas Criaturas o Percy Jackson.

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